sábado, 6 de febrero de 2010

Dótrina soviética de preguerra

Por Carlos Pintor
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Como todos los países, la URSS también tuvo que decidir entre los diversos empleos del arma acorazada, aunque sus mejores resultados fueron abortados por el maldito stalinismo. Los soviéticos contaron, durante unos años, hasta el advenimiento del nazismo, con la colaboración y ayuda técnica de miembros de la Reichwehr. Los entrenamientos, tanto para el ejército como para la aviación se desarrollaban en secreto y muchos oficiales alemanes de ambas armas tuvieron la posibilidad de entrenarse en la URSS. Las mentes soviéticas adquirieron conocimientos y doctrina alemana, aunque ya aplicasen ideas propias. Los soviéticos habían llegado a un concepto, el del arte operacional. Esta doctrina empleaba todas las armas a la vez, pero no como una especie de guerra relámpago, sino como una gran concatenación de acciones militares, para lograr el objetivo que estaba a medio camino de la táctica y de la estrategia. Incluso, unidades de apoyo, como los paracaidistas, pudieron ser empleadas profusamente en las grandes maniobras. Incluso, mediante carros ligeros, obviamente, inventaron el concepto de tanque aéreo. Era éste una especie de avión medio de transporte que llevaba adosado en la parte baja un tanque ligero. Lo único que tenía que hacer era aterrizar y aguantaba bastante bien el impacto debido a la sustentación del carro. Luego se separaban y a volver a traer carros ligeros. Todo ello fue barrido por las purgas, hasta que unos generales visionarios pudieron desempolvar las doctrinas operativas. Los alemanes y todos los militares de occidente, al saber de las purgas creyeron que la teoría blindada soviética estaba más acabada que nunca, y el hecho del la invasión y victoria pírrica sobre la débil Finlandia pareció corroborar tal opinión, aunque no tuvieron en cuenta la victoria de medios móviles y blindados soviética sobre los japoneses en Khalkhin Gol, al mando del, por entonces, desconocido general  Zhukov.


 
KV-1

Zhukov

Tras la purga, las formaciones acorazadas y mecanizadas soviéticas, especialmente estas últimas, fueron disueltas, repartiéndose los carros entre las divisiones de infantería, dejando algunas brigadas sueltas a nivel superior. Fue así como Zhukov, empleando a fondo los escasos medios de que disponía, derrotó a los japoneses. La situación siguió hasta poco después de la Guerra contra Finlandia, y, al final, se idearon divisiones acorazadas y mecanizadas en gran número, pero sin doctrina de empleo a nivel división y superior, lo que se sintió en la invasión alemana. Cuando ésta se produjo, una gran cantidad de tanques, y, lo que es peor, de tripulaciones entrenadas, se perdió. Los carros, salvo las desagradables sorpresas del KV-1 y el T-34, eran malos, aunque peores eran muchos de los alemanes en la campaña de Polonia y Francia, lo que significa que lo que, en muchos casos es vital, es la doctrina de empleo. 

 
T-34


Los carros soviéticos de la época, eran herencia del pensamiento equivocado aliado. Muchos carros muy pesados, con cañones más bien pensados, como el 76 mm corto, para batir infantería y otros, , más diseñados para el combate contra carros, como el eficaz, todavía, de 45 mm. Había, incluso, un mastodonte, de tres torretas, dos de 45 mm (una trasera)  y una central de 76 corto.  Hubo otros, mejores, como el T-26 y el BT más bien ligeros que fueron los predecesores de las dos sorpresas antes citadas.

BT-2

Con la debacle, los soviéticos emplearon los carros en simples brigadas. Más tarde, tuvieron que añadirlas en formaciones más amplias, los cuerpos de tanques y motorizados. Cada cuerpo de tanques tenía tres brigadas de carros medios, una motorizada, y unas unidades de apoyo bastante fuertes. Dos regimientos de cañones de asalto, un batallón de motociclistas, otro de cañones antiaéreos, dos batallones de carros pesados y una batallón de lanzacohetes katyusha. A nivel superior, varios cuerpos de carros, con un montón de unidades artilleras y de apoyo, formaban un ejército de carros. Como medios les sobraban, los soviéticos, a nivel de Ejercito, empleaban brigadas independientes de carros, principalmente pesados, así como cañones autopropulsados. Eran empleados éstos como rompe-frentes. A pesar de haber visto soldados de infantería en camiones o en semiorugas aliados, los rusos no tuvieron verdaderos vehículos de infantería, e idearon los llamados jinetes de carros. Éstos iban encima y atrás en los carros y saltaban a tierra en el asalto. Estaban armados con subfusiles ppsh y nada más. La ratio de vida era de unas pocas semanas. 

 
Katyusha
Carro de combate Stalin

El T-34 iba armado, primero con un cañón largo de 76 mm y otro, más tarde, de 85 mm, capaces de batir cualquier carro alemán medio y para los pesados tuvieron, al fin a un sucesor del KV, el famoso José Stalin 1- 2 o 3, con un cañón largo de 122 mm. Hay que decir que los rusos nunca tuvieron verdadera artillería autopropulsada, porque la doctrina era que el enemigo debía soportar una barrera grandiosa de artillería convencional y coheteril para, más tarde dejar a los cañones autopropulsados la tareas de eliminar algunos focos aislados. Un factor desastroso era que la mayor parte de los carros, salvo los del comandante carecían de radio al comienzo de la guerra y sus movimientos y maniobras eran predecibles y lentos de cambiar.
En cierta forma, los soviéticos de hasta principios de los 90, eran herederos de estos carros. 






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