Por Raúl Ramos Alonso
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5.4. Computadores.
Además de para la codificación\decodificación de mensajes, existen algunas aplicaciones para la potencia de cálculo en el campo de batalla. Principalmente artillería de largo alcance. Los grandes cañones navales de 500 mm podían disparar a distancias de casi 50 km granadas de más de media tonelada. Una puntería precisa era extremadamente necesaria, pero a grandes distancias la realimentación en el proceso de disparo era difícil. Numerosos sistemas de cálculo fueron implementados y hasta el final de la guerra no se tuvo un procedimiento adecuado: un ordenador recibía todas las variables necesarias (distancia, presión del aire, tipo de granada, ...) y realizaba un cálculo inicial. Cuando se efectúa el disparo la trayectoria de la granada se sigue por radar y se compara con la calculada. El ordenador efectúa las correcciones necesarias y de nuevo apunta los cañones. La siguiente salva puede estar en el aire con la nueva puntería antes de que la primera haya llegado a su objetivo. En los sistemas modernos este procedimiento está tan avanzado que los últimos obuses de la OTAN son capaces de disparar tres proyectiles y marcharse del lugar antes de que proyectiles enemigos tengan tiempo de contestar, como resultado de una hipotética triangulación.
Estos dispositivos eran de gran tamaño y delicados. Sin embargo para el final de la guerra las torres artilladas de los bombarderos podían ser controladas por radar , sin falta de un operador, lo que evidencia un gran adelanto, tanto en miniaturización, como potencia y habilidad.
Además de para la codificación\decodificación de mensajes, existen algunas aplicaciones para la potencia de cálculo en el campo de batalla. Principalmente artillería de largo alcance. Los grandes cañones navales de 500 mm podían disparar a distancias de casi 50 km granadas de más de media tonelada. Una puntería precisa era extremadamente necesaria, pero a grandes distancias la realimentación en el proceso de disparo era difícil. Numerosos sistemas de cálculo fueron implementados y hasta el final de la guerra no se tuvo un procedimiento adecuado: un ordenador recibía todas las variables necesarias (distancia, presión del aire, tipo de granada, ...) y realizaba un cálculo inicial. Cuando se efectúa el disparo la trayectoria de la granada se sigue por radar y se compara con la calculada. El ordenador efectúa las correcciones necesarias y de nuevo apunta los cañones. La siguiente salva puede estar en el aire con la nueva puntería antes de que la primera haya llegado a su objetivo. En los sistemas modernos este procedimiento está tan avanzado que los últimos obuses de la OTAN son capaces de disparar tres proyectiles y marcharse del lugar antes de que proyectiles enemigos tengan tiempo de contestar, como resultado de una hipotética triangulación.
Estos dispositivos eran de gran tamaño y delicados. Sin embargo para el final de la guerra las torres artilladas de los bombarderos podían ser controladas por radar , sin falta de un operador, lo que evidencia un gran adelanto, tanto en miniaturización, como potencia y habilidad.
Nuevo Mexico, en EE.UU, fué el lugar elegido para albergar las pruebas de la fatal bomba atomica. http://virtualology.com
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5.5. La bomba atómica y el final de la guerra.
La bomba atómica significó el fin de la Segunda Guerra mundial en el pacífico y el comienzo de la Guerra Fría. También fue uno de los proyectos más ambiciosos de la guerra misma. El coste de desarrollo fue exorbitante. Fueron necesarios cientos de proyectos más pequeños para desarrollar lo que el Proyecto Manhattan necesitaba.
Es tema de debate si la bomba debió alguna vez lanzarse en combate. Si esto era necesario, puesto que los aliados prácticamente habían estrangulado a Japón económicamente y no podía abastecerse de nada. Parece que la decisión de utilizarla fue más política que militar y esto no es objetivo de este artículo.
Las consecuencias de la fabricación de la bomba atómica se traducen en la gran cantidad de proyectos paralelo ya mencionados. No sólo la implementación de teorías físicas en proyectos de ingeniería, sino el desarrollo de materiales, procedimientos, instrumentación, etc.
La era atómica supuso un cambio radical en la forma de pensamiento militar, a la vez que instauraba un tabú, más político que militar. Por un lado, el éxito de la guerra mecanizada en tierra y el inmenso poder naval desarrollado en la campaña del pacífico habían desplazado definitivamente el papel estrella de la infantería. La guerra con armas combinadas era el futuro, sin embargo el poder devastador de las armas nucleares era muy tentador para para cualquier planificador. Por su alto poder y terribles consecuencias las armas nucleares eran claramente armas estratégicas, más que tácticas y, por tanto políticas. Sin embargo las características eran atractivas para los estrategas militares. Al fin y al cabo, suficiente poder de fuego podría abrir una brecha en cualquier línea, por lo que tener armas nucleares tácticas parecía una idea interesante. Especialmente con la situación política reinante al final de la guerra.
Por otro lado, la energía nuclear suponía una fuente de energía prácticamente inagotable. En una guerra mecanizada el combustible es un bien estratégico muy valioso, y todo sistema propulsado por energía nuclear llevaría el combustible consigo mismo. Las dimensiones de una planta nuclear hacían que pocos vehículos pudieran llevar una abordo, por tanto sólo navíos pudieron ser dotados de energía nuclear, y aún los más grandes. Sin embargo, en Estados Unidos, el Almirante Rickover empezó a impulsar tal proyecto.
Cazas Zeke japoneses sobre la cubierta del portaaviones preparados para despegar. www.mundosgm.com
En el mar la guerra había hecho evolucionar al acorazado a una potente y rápida plataforma de artillería, así como al resto de buques. Sin embargo marcó también su fin. El acorazado hubo de dejar paso al grupo de combate liderado por el portaaviones. Durante la Batalla del Mar del Coral (4-8 de mayo de 1942) se produjo la primera batalla de la historia entre grupos de portaaviones. Los buques escolta de éstos en su tradicional rol de cortina antisubmarina y antiaérea, sin embargo las labores de reconocimiento eran llevadas a cabo por los aviones de los portaaviones. Esta batalla resultó del esfuerzo aliado de cortar la flota de invasión japonesa. Los aviones de ambas flotas atacaron a la enemiga sin que los buques abrieran fuego directamente. Resulta obvio que este tipo de batalla es totalmente diferente a cualquiera que se luchara en la Primera Guerra Mundial y era, para la época, una estrategia novedosa. Este sistema de operación hace que el acorazado quede desfasado, pues no es capaz de utilizar sus cañones y se convierte en un blanco para la aviación.
Este resultado fue la combinación de todos los rápidos avances, presionados por la creciente amenaza submarina, donde los avances también llegaban, aunque en el caso de la armada alemana, demasiado tarde. El desarrollo por parte de los alemanes del torpedo acústico T-5, que era capaz de “escuchar” las hélices de alta velocidad de los destructores y autoguiarse hacia ellos significó el inicio de una eterna batalla entre electrónica de guiado y señuelos y tácticas de evasión. El T-5 tuvo mucho éxito inicialmente, pero pronto los destructores aprendieron a esquivarlo simplemente apagando los motores. Se desarrolló una caja acústica de ruido para confundirlo (foxer) con bastante éxito. Sin embargo este concepto se desarrollaría hasta nuestros días.
Este resultado fue la combinación de todos los rápidos avances, presionados por la creciente amenaza submarina, donde los avances también llegaban, aunque en el caso de la armada alemana, demasiado tarde. El desarrollo por parte de los alemanes del torpedo acústico T-5, que era capaz de “escuchar” las hélices de alta velocidad de los destructores y autoguiarse hacia ellos significó el inicio de una eterna batalla entre electrónica de guiado y señuelos y tácticas de evasión. El T-5 tuvo mucho éxito inicialmente, pero pronto los destructores aprendieron a esquivarlo simplemente apagando los motores. Se desarrolló una caja acústica de ruido para confundirlo (foxer) con bastante éxito. Sin embargo este concepto se desarrollaría hasta nuestros días.
Espectacular y estremecedora fotografia. http://kenoath.wordpress.com
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6. La Guerra Fría.
La tensa situación política entre los aliados y la Unión Soviética desembocó en la “Guerra Fría”. En palabras de Winston Churchill, “un telón de acero ha caído sobre Europa”. En cuanto a la situación estratégica en este escenario, los aliados se sentían inferiores al Ejército Rojo en Europa. No podían detener a los soviéticos en sus ansias expansionistas, excepto con armas nucleares (a pesar de esto, la dificultad de manufacturar este tipo de armas y desplegarlas era muy importante y no debe ser obviada,). Esta situación se mantendría hasta el desarrollo por parte de los soviéticos de su propia bomba atómica.
La situación estratégica tenía ahora dos vertientes: una guerra nuclear o una guerra convencional, con la posibilidad de armas nucleares tácticas. La primera se centró en estudiar cómo golpear al enemigo antes, aniquilarlo antes de que pudiera lanzar sus propias armas nucleares y así escapar de la destrucción total, tomando como blanco tanto instalaciones militares como ciudades. La otra alternativa, una guerra convencional, parecía un escenario más probable en caso de que los soviéticos invadiesen Europa. En este caso las armas nucleares tácticas se utilizarían para detener la ofensiva blindada soviética y en casos específicos para provocar la ruptura del frente.
La segunda aplicación de las armas nucleares ha sido ampliamente discutida y parece inevitable que el uso de armas nucleares tácticas no desemboque en una guerra nuclear total, al verse el enemigo obligado a devolver el ataque a mayor escala. Por estas razones la guerra nuclear táctica fue pronto abandonada, sin embargo se desarrollaron todo tipo de armas nucleares. Desde misiles de crucero a granadas de artillería (>155mm) se diseñaron para llevar cargas nucleares.
Lanzamiento de una V2 alemana durante al II G.M.
http://outdoors.webshots.com
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Misil de cruzero. http://maxalvarez.files.wordpress.com
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En la estrategia nuclear el ataque comenzaría por hacer detonar un arma de gran potencia a gran altura sobre el país o región escogida como blanco. Esto provocaría una onda magnética de alta potencia que sobrecargaría los circuitos eléctrónicos, dejándolos inservibles, proseguiría un ataque a las instalaciones eléctricas y de combustible. Estas medidas están orientadas a acabar con la capacidad de represalia del enemigo. La efectividad de la onda magnética es tal que bombas nucleares se optimizaron para producir radiación en esas longitudes de onda y, actualmente, se ha desarrollado la llamada e-bomb, que, utilizando explosivos convencionales, es capaz de producir una onda electromagnética de alcance local. Esta estrategia no solo tendría efectos devastadores en la capacidad combativa de un ejército, sino en la misma población civil y a todos los niveles.
Es interesante mencionar que estas tácticas han sido puestas en práctica, con armas convencionales, durante las dos guerras de Irak y en los bombardeos en la antigüa Yugoslavia. Los primeros bombardeos fueron dirigidos no a las líneas de defensa, ni si quiera a las baterías antiaéreas. Fueron dirigidos contra instalaciones de producción de energía.
En cuanto a las armas nucleares estratégicas, el problema era cómo utilizarlas. La forma habitual era con bombarderos, pero los sistemas de defensa y el lanzamiento del Sputnik, así como las investigaciones sobre los misiles alemanes V1 y V2 resultaron en los primeros misiles de crucero y en los Misiles Balísticos Intercontinentales o, en inglés ICBM. Los primeros serían lanzados desde aviones, barcos o submarinos o lanzados desde camiones, en caso del ejército de tierra.
Es interesante mencionar que estas tácticas han sido puestas en práctica, con armas convencionales, durante las dos guerras de Irak y en los bombardeos en la antigüa Yugoslavia. Los primeros bombardeos fueron dirigidos no a las líneas de defensa, ni si quiera a las baterías antiaéreas. Fueron dirigidos contra instalaciones de producción de energía.
En cuanto a las armas nucleares estratégicas, el problema era cómo utilizarlas. La forma habitual era con bombarderos, pero los sistemas de defensa y el lanzamiento del Sputnik, así como las investigaciones sobre los misiles alemanes V1 y V2 resultaron en los primeros misiles de crucero y en los Misiles Balísticos Intercontinentales o, en inglés ICBM. Los primeros serían lanzados desde aviones, barcos o submarinos o lanzados desde camiones, en caso del ejército de tierra.
Los ICBM serían lanzados desde tierra, aunque el desarrollo del proyecto del Almirante Rickover pronto dio frutos en ese campo. Especialmente el de submarinos propulsados por una planta nuclear. Este programa fue exitoso, creando principalmente dos tipos de submarinos: submarinos balísticos, propulsados con energía nuclear y portadores de misiles con cabezas nucleares (los primeros estadounidenses fueron denominados Polaris), y un segundo tipo más pequeño, similar a los submarinos tradicionales, propulsado con energía nuclear y portadores de torpedos y misiles convencionales, o con carga nuclear táctica.
En general la estrategia de posguerra estaba basada en las lecciones aprendidas durante la Segunda Guerra Mundial. Basado en grandes conflictos, donde todas las armas del ejército participarían y el teatro de operaciones terrestres sería principalmente Europa.
El desarrollo tecnológico de los años de posguerra se centró en materiales y electrónica, pues los sistemas de armamento básicamente son los mismos. Sólo sus características cambian. El desarrollo del transistor (1947) permitió la aparición de los ordenadores modernos, y con ellos se ampliaron las posibilidades en cuanto a sensores y procesamiento de información.
Es indudable el gran desarrollo de la industria aeroespacial, cuyo cenit fue la llegada del hombre a la luna en 1969. Como comparación, el procesador de a bordo del Apollo tenía 16 bits, 30 años después, las video consolas domésticas tenían la misma potencia.
En general la estrategia de posguerra estaba basada en las lecciones aprendidas durante la Segunda Guerra Mundial. Basado en grandes conflictos, donde todas las armas del ejército participarían y el teatro de operaciones terrestres sería principalmente Europa.
El desarrollo tecnológico de los años de posguerra se centró en materiales y electrónica, pues los sistemas de armamento básicamente son los mismos. Sólo sus características cambian. El desarrollo del transistor (1947) permitió la aparición de los ordenadores modernos, y con ellos se ampliaron las posibilidades en cuanto a sensores y procesamiento de información.
Es indudable el gran desarrollo de la industria aeroespacial, cuyo cenit fue la llegada del hombre a la luna en 1969. Como comparación, el procesador de a bordo del Apollo tenía 16 bits, 30 años después, las video consolas domésticas tenían la misma potencia.
Submarino sovietico clase Thypoon: transporta un arsenal nuclear con más poder destructivo que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. www.websubmarinos.tk
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7. Sistemas de combate modernos.
Para 1990 prácticamente todos los sistemas de combate dependían de sensores electrónicos. Incluso la infantería, que dependía de radios de campo y visores nocturnos, contaban con misiles antitanque guiados por fibra óptica. Dotada de móvilidad, al poseer transportes blindados y helicópteros. Estos últimos desarrollados a finales de la Segunda Guerra mundial y que se han adaptado a multitud de roles en el campo de batalla.
Los ordenadores empezaban y estaban presentes en todo tipo de vehículos. Desde control de inyección para el motor, ayudas de control de vuelo, sistemas de posicionamiento por satélite GPS, así como completos sistemas de comunicación, de tal forma que, por ejemplo, un comandante de pelotón de carros de combate puede conocer la posición del resto de su pelotón simplemente con mirar una pantalla, en tiempo real. Los sistemas de defensa aérea en tierra han unido estaciones de seguimiento y baterías antiaéreas. La artillería ha ganado en movilidad y todas estas unidades han aprendido a trabajar juntas.
En el aire ha habido una gran evolución, al desarrollarse un sistema completo de combate a varios niveles, con aeronaves específicas a cada rol, coordinadas en tiempo real por aviones de control (AWACS). Estas tareas comprenden apoyo cercano a tropas, evacuación y transporte, paracaidistas, bombardeos estratégicos y tácticos y combates aire-aire. Para resolver los problemas de puntería, misiles guiados fueron desarrollados, ya por radar (pasivos, guiados o con emisor propio) o por calor. Asimismo bombas guiadas, generalmente por laser, que pueden corregir su trayectoria, fueron desarrolladas. A pesar de ello, numerosas bombas convencionales siguen en uso.
En el mar, la armada se ha especializado en diversos roles. Principalmente dividida en flota de superficie, donde el portaaviones es el buque insignia, con su cortina de destructores, fragatas y buques de apoyo, con misiones de reabastecimiento, guerra antisubmarina (ASW) o protección antiaérea. También cumple roles de desembarco y asalto en playas. Por otra parte, la ya mencionada fuerza submarina, tanto portamisíles como submarinos de ataque y defensa. Los últimos generalmente diesel-eléctricos, o más recientemente, impulsados por pilas de combustible. Todos estos buques utilizan todos los sensores anteriormente descritos, que han evolucionado desde 1940. La preocupación estadounidense por el corto aviso en caso de ataque por misiles desde un submarino les llevo a la instalación de la linea SOSUS en los años 50. Este sistema consistía en un número de hidrófonos en el lecho marino, conectados por cable a tierra, donde la información recogida era analizada.
Para 1990 prácticamente todos los sistemas de combate dependían de sensores electrónicos. Incluso la infantería, que dependía de radios de campo y visores nocturnos, contaban con misiles antitanque guiados por fibra óptica. Dotada de móvilidad, al poseer transportes blindados y helicópteros. Estos últimos desarrollados a finales de la Segunda Guerra mundial y que se han adaptado a multitud de roles en el campo de batalla.
Los ordenadores empezaban y estaban presentes en todo tipo de vehículos. Desde control de inyección para el motor, ayudas de control de vuelo, sistemas de posicionamiento por satélite GPS, así como completos sistemas de comunicación, de tal forma que, por ejemplo, un comandante de pelotón de carros de combate puede conocer la posición del resto de su pelotón simplemente con mirar una pantalla, en tiempo real. Los sistemas de defensa aérea en tierra han unido estaciones de seguimiento y baterías antiaéreas. La artillería ha ganado en movilidad y todas estas unidades han aprendido a trabajar juntas.
En el aire ha habido una gran evolución, al desarrollarse un sistema completo de combate a varios niveles, con aeronaves específicas a cada rol, coordinadas en tiempo real por aviones de control (AWACS). Estas tareas comprenden apoyo cercano a tropas, evacuación y transporte, paracaidistas, bombardeos estratégicos y tácticos y combates aire-aire. Para resolver los problemas de puntería, misiles guiados fueron desarrollados, ya por radar (pasivos, guiados o con emisor propio) o por calor. Asimismo bombas guiadas, generalmente por laser, que pueden corregir su trayectoria, fueron desarrolladas. A pesar de ello, numerosas bombas convencionales siguen en uso.
En el mar, la armada se ha especializado en diversos roles. Principalmente dividida en flota de superficie, donde el portaaviones es el buque insignia, con su cortina de destructores, fragatas y buques de apoyo, con misiones de reabastecimiento, guerra antisubmarina (ASW) o protección antiaérea. También cumple roles de desembarco y asalto en playas. Por otra parte, la ya mencionada fuerza submarina, tanto portamisíles como submarinos de ataque y defensa. Los últimos generalmente diesel-eléctricos, o más recientemente, impulsados por pilas de combustible. Todos estos buques utilizan todos los sensores anteriormente descritos, que han evolucionado desde 1940. La preocupación estadounidense por el corto aviso en caso de ataque por misiles desde un submarino les llevo a la instalación de la linea SOSUS en los años 50. Este sistema consistía en un número de hidrófonos en el lecho marino, conectados por cable a tierra, donde la información recogida era analizada.
Interior de un carro de combate Leopard 2.
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AWACS http://stevejanke.com
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7.1. Situación estratégica.
Actualmente, desde la caída de la unión soviética, la situación estratégica ha cambiado mucho. No existen ningún ejército que se pueda oponer a los ejércitos de la OTAN en nivel de desarrollo. El ejército chino es mucho mayor, pero la mayoría de sus efectivos pertenecen a la infantería. La primera Guerra del Golfo y, hasta cierto punto, la segunda, fueron las últimas guerras en que los ejércitos han luchado con un orden de batalla similar al de la época de la Guerra Fría.
En general, la situación política mundial ha cambiado desde 1990, provocando que el orden de batalla para una guerra entre grandes ejércitos esté totalmente desfasado. Actualmente los ejércitos luchan en teatros pequeños, locales o regionales, generalmente en intervenciones a pequeña escala y siempre con armas convencionales. Es muy habitual la colaboración entre países, ya sea en combate o en diversas fases de la operación. Esto es importante para la unificación de procedimientos y sistemas de armamento, así como dificultades añadidas en la cadena de mando. El enemigo, generalmente actúa como guerrilla o mediante actos terroristas. Por tanto el combate urbano es un escenario mucho más probable que un frente de combate abierto.
Tropas españolas en Afganistan. http://ecodiario.eleconomista.es
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7.2. La revolución en infantería.
La nueva situación estratégica ha hecho que, los viejos modelos queden obsoletos. Los conceptos de “potenciade fuego” son ahora inútiles, puesto que el enemigo actual no se enfrenta directamente al ejército. Previamente este tipo de operaciones era responsabilidad de los cuerpos especiales, entrenados en tácticas de guerrilla y contra-insurgencia. Sin embargo, por ser el teatro actual, es necesario modificar la forma en que el ejército lucha.
El ejército ha adoptado muchas tácticas y procedimientos de los cuerpos especiales, pues en las actuales condiciones la flexibilidad en las operacionales es clave. No es posible ceñirse a los manuales de combate. Por ello ha sido necesario aprender a operar en unidades más pequeñas, y lo más autónomas posibles. Incrementar la movilidad es primordial, así como la disponibilidad de apoyo aéreo, pues es la forma de refuerzo más rápida y, generalmente, guerrillas o pequeños grupos no pueden rechazarlos.
Estos factores tienen como consecuencia que la infantería necesita reformarse. Tradicionalmente ha sido el cuerpo con menos formación técnica y menos dependiente directamente de la tecnología. Hoy en día es necesario cambiar esta concepción, pues el poder de fuego ahora se concentra en soldados individuales en lugar de baterías de artillería. Compañías o incluso pelotones deben estar ahora preparados para un tipo de combate desordenado y desorganizado, con un enemigo que ataca y se esconde, a veces indistinguible de los civiles. Esto hace que en ocasiones tengan que realizar labores de policía, y que no puedan operar como en un campo de batalla, pues no es conveniente por el número de civiles.
Los avances electrónicos han hecho posible que un soldado moderno cuente con un gran respaldo. Comunicaciones personales, cámaras de vigilancia, visión térmica y nocturna, así como multitud de otros equipos. Es, por tanto, necesario que el soldado de infantería moderno tenga más conocimientos que marchar y una buena puntería. Esto significa una elevada inversión por soldado, y a consecuencia de ello, es necesario proteger los soldados.
El resultado es que el soldado de infantería está hoy en día mejor preparado, más entrenado y cuenta con un apoyo de comunicaciones, sensores e información que hacen de el una nueva arma capaz de cumplir con un cometido que ni misiles ni bombardeos pueden cumplir; la presencia física y tangible de un ejército.
La aplicación de las nuevas tecnologías al soldado de a pie ha dado lugar al sistema COMFUT, combatiente del futuro, un programa ideado para dotar al soldado de infantería de las máximas prestaciones en el campo de batalla. www.belt.es
8. Conclusiones.
El esfuerzo bélico ha promovido avances e investigación desde siempre. El gran desarrollo de la ciencia en los últimos 200 años ha sido parejo a algunas de las campañas más importantes de la historia.
El electromagnetismo ha sido combinado con otras ramas de la física e ingeniería para proporcionar principalmente información. Las ondas electromagnéticas son usadas para transmitir información, ya sea la presencia de un enemigo, el aspecto del campo de batalla nocturno, o información entre unidades.
Por otro lado los avances en computación permiten el uso de sistemas “inteligentes”, sistemas capaces de recoger información, procesarla y tomar decisiones, tales son torpedos acústicos o misiles guiados por calor.
El empeño en el desarrollo nuclear ha aportado desarrollos en numerosos campos de la ciencia e ingeniería, pero se ha probado que las armas nucleares en sí son completamente inútiles, al igual que en la Segunda Guerra Mundial apenas hubo algún caso de ataques con gas, pues igualmente no era un arma práctica.
Referencias:
-The New York Times, 16 de Julio,1906, Londres
-The Navy at war, 1939 -1945, Capitan S.W. Roskill, R.N., 1960 Collins Clear-Type Press, London and Glasgow.
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