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miércoles, 25 de enero de 2012

Mentalidad panzer alemana inicial

 Texto: Carlos Pintor

En el artículo pretendo mostrar cómo fue la mentalidad acorazada alemana justo en la primera parte de la guerra, para obtener lecciones en la guerra futura.

Los alemanes, desde la derrota del ejército del kaiser justo por un ataque masivo de hasta 420 blindados británicos en un frente estrecho en Cambrai, siempre tuvieron en mente la idea de aprovechar esta nueva arma, o más bien, como más tarde se vería, el sistema de armas acorazado. Tras años de ensayos, si bien obtuvieron valiosas, aunque falsas lecciones en la guerra del aire en España, parece ser que por la orografía del terreno español y la pésima calidad de sus blindados, si los comparamos con los soviéticos, no obtuvieron ninguna lección para corroborar, con hechos, su teoría de la guerra relámpago y el empleo de masas acorazadas.


Panzer I Ausf A, presto servicio al bando Nacional durante la Guerra Civil Española, armado con dos ametralladoras siempre estubo en franca desventaja cuando se enfrentaba al tanque Republicano T-26 de procedencia rusa, el cual estaba armado con un cañón de 45mm.

Así, pues, tenían que aplicar el método de prueba y ensayo. Al comienzo poseían divisiones panzer, con hasta cuatro batallones de carros, divisiones ligeras, con uno sólo y panzergrenadier, sin carros. En el transcurso de la campaña polaca, se vio que las divisiones ligeras, poco podían hacer con un sólo batallón panzer. Es entonces cuando pasan, la mayoría a convertirse en divisiones panzer con hasta tres batallones. Las panzer grenadier quedará igual hasta la mitad de la guerra, en que se les agregará un batallón panzer para darles potencia de fuego. Las divisiones panzer, al ir poseyendo carros más pesados y con mayor capacidad de fuego pasarán de una brigada de cuatro batallones a un regimiento de dos, pero esto será justo a partir de la campaña de Francia. Es una campaña intermedia, en cuanto se refiere a las panzerdivisiones. Todavía mantenían resto de carros muy ligeros. No obstante, con toda seguridad, se puede afirmar que el ímpetu panzer se logró a partir de la campaña de Francia, especialmente en la de los Balcanes y, más tarde en África. En los Balcanes, la todavía no demasiado pesada composición de las unidades panzer, permitió, aceptablemente, transitar por unos parajes no aptos para medios demasiado pesados, en los que las unidades de infantería y de montaña, muchas veces, tuvieron que conquistar ciertos parajes para permitir el paso a los medios acorazados porque no había ninguna opción para maniobrar. En Rusia todo habría ido de perlas salvo por enfrentarse a los carros medios soviéticos, especialmente esa maravilla del T-34 y a los pesados como el KV. A partir de esas fechas, las divisiones panzer y panzergrenadier sufrieron un proceso de aumento en el volumen del peso de los carros de combate, si bien idearon la artillería autopropulsada y los cañones de asalto. Ya serían, justo con remanentes muy buenos, como las últimas versiones del panzer IV, el Panther y los pesados Tiger, unas divisiones panzer más dotadas para contraataques locales y defensa elástica que para grandes operaciones en profundidad.



El Panzer II fue utilizado ampliamente durante los primeros años del conflicto, participo en la invasión de Polonia y Francia, siendo reemplazado por el Panzer III. www.flickr.com
Panzer III en columna por tierras francesas.
 Pz. IV pertenecientes al Afrika Korps.
Fuentes: www.concord-publications.com y Afrika korps in action

Volviendo al tema inicial, cabe decir que las panzerdivisiones, aunque dotadas de un único regimiento de artillería, como todas las demás alemanas, en vez de dos regimientos, como las francesas y las polacas, tuvieron la suerte de disfrutar de una artillería de medio y medio-largo, aunque no estratégico, alcance en la Luftwaffe. Sin ese poder aéreo, las panzerdivisiones no habrían podido obtener tan pronto esas irrupciones. Se logró porque la aviación alemana estaba diseñada para apoyo cercano e intermedio de las formaciones de tierra. A tal fin contribuyó la escasa potencia de la aviación y la artillería contrarias, salvo en el caso de la batalla de Inglaterra y, como preludio, la acción de DunKerque. Justamente, en le caso de la división fantasma de Rommel, la 7º panzer, en su lucha por abrirse camino por el Mosa, ante unas fortificaciones francesas que si bien no eran precisamente la línea Maginot, eran lo suficientemente poderosas como para causar un impedimento a los alemanes y cerrarles el paso, el reconocimiento terrestre de la panzerdivison logró hallar una especie de puente-dique no volado por los franceses por el que cruzaron las unidades de reconocimiento y de asalto de ingenieros y panzergenadier que posibilitaron, más tarde tender puentes para la irrupción de los carros y del resto de la división. Es sintomático que los contraataques efectivos británicos y franceses con carros y divisiones parecidas a las panzer, sobre todo en el caso francés, con un tal De Gaulle, se vieron coronados, inicialmente, con el éxito por cuanto en su ímpetu, la 7º panzerdivision se encontraba muy estirada, sin demasiada logística, producto de los avance fulgurantes previos y con una Luftwaffe demasiado atareada en todos lo sitios. Cuando se pudo hacer frente a tales amenazas, todo siguió adelante. Es decir, había estado a punto de perder el apoyo de la artillería aérea, que compensaba la falta de, al menos, otro regimiento de artillería orgánico en las divisiones alemanas y de los necesarios apoyos logísticos de retaguardia, algo que a Rommel nunca le importó demasiado hasta que los necesitó de verdad.
Tripulaciones de Tiger I aprobechan un descanso para poner a punto sus maquinas en el frente Ruso.

sábado, 6 de febrero de 2010

Dótrina soviética de preguerra

Por Carlos Pintor
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Como todos los países, la URSS también tuvo que decidir entre los diversos empleos del arma acorazada, aunque sus mejores resultados fueron abortados por el maldito stalinismo. Los soviéticos contaron, durante unos años, hasta el advenimiento del nazismo, con la colaboración y ayuda técnica de miembros de la Reichwehr. Los entrenamientos, tanto para el ejército como para la aviación se desarrollaban en secreto y muchos oficiales alemanes de ambas armas tuvieron la posibilidad de entrenarse en la URSS. Las mentes soviéticas adquirieron conocimientos y doctrina alemana, aunque ya aplicasen ideas propias. Los soviéticos habían llegado a un concepto, el del arte operacional. Esta doctrina empleaba todas las armas a la vez, pero no como una especie de guerra relámpago, sino como una gran concatenación de acciones militares, para lograr el objetivo que estaba a medio camino de la táctica y de la estrategia. Incluso, unidades de apoyo, como los paracaidistas, pudieron ser empleadas profusamente en las grandes maniobras. Incluso, mediante carros ligeros, obviamente, inventaron el concepto de tanque aéreo. Era éste una especie de avión medio de transporte que llevaba adosado en la parte baja un tanque ligero. Lo único que tenía que hacer era aterrizar y aguantaba bastante bien el impacto debido a la sustentación del carro. Luego se separaban y a volver a traer carros ligeros. Todo ello fue barrido por las purgas, hasta que unos generales visionarios pudieron desempolvar las doctrinas operativas. Los alemanes y todos los militares de occidente, al saber de las purgas creyeron que la teoría blindada soviética estaba más acabada que nunca, y el hecho del la invasión y victoria pírrica sobre la débil Finlandia pareció corroborar tal opinión, aunque no tuvieron en cuenta la victoria de medios móviles y blindados soviética sobre los japoneses en Khalkhin Gol, al mando del, por entonces, desconocido general  Zhukov.


 
KV-1

Zhukov

Tras la purga, las formaciones acorazadas y mecanizadas soviéticas, especialmente estas últimas, fueron disueltas, repartiéndose los carros entre las divisiones de infantería, dejando algunas brigadas sueltas a nivel superior. Fue así como Zhukov, empleando a fondo los escasos medios de que disponía, derrotó a los japoneses. La situación siguió hasta poco después de la Guerra contra Finlandia, y, al final, se idearon divisiones acorazadas y mecanizadas en gran número, pero sin doctrina de empleo a nivel división y superior, lo que se sintió en la invasión alemana. Cuando ésta se produjo, una gran cantidad de tanques, y, lo que es peor, de tripulaciones entrenadas, se perdió. Los carros, salvo las desagradables sorpresas del KV-1 y el T-34, eran malos, aunque peores eran muchos de los alemanes en la campaña de Polonia y Francia, lo que significa que lo que, en muchos casos es vital, es la doctrina de empleo. 

 
T-34


Los carros soviéticos de la época, eran herencia del pensamiento equivocado aliado. Muchos carros muy pesados, con cañones más bien pensados, como el 76 mm corto, para batir infantería y otros, , más diseñados para el combate contra carros, como el eficaz, todavía, de 45 mm. Había, incluso, un mastodonte, de tres torretas, dos de 45 mm (una trasera)  y una central de 76 corto.  Hubo otros, mejores, como el T-26 y el BT más bien ligeros que fueron los predecesores de las dos sorpresas antes citadas.

BT-2

Con la debacle, los soviéticos emplearon los carros en simples brigadas. Más tarde, tuvieron que añadirlas en formaciones más amplias, los cuerpos de tanques y motorizados. Cada cuerpo de tanques tenía tres brigadas de carros medios, una motorizada, y unas unidades de apoyo bastante fuertes. Dos regimientos de cañones de asalto, un batallón de motociclistas, otro de cañones antiaéreos, dos batallones de carros pesados y una batallón de lanzacohetes katyusha. A nivel superior, varios cuerpos de carros, con un montón de unidades artilleras y de apoyo, formaban un ejército de carros. Como medios les sobraban, los soviéticos, a nivel de Ejercito, empleaban brigadas independientes de carros, principalmente pesados, así como cañones autopropulsados. Eran empleados éstos como rompe-frentes. A pesar de haber visto soldados de infantería en camiones o en semiorugas aliados, los rusos no tuvieron verdaderos vehículos de infantería, e idearon los llamados jinetes de carros. Éstos iban encima y atrás en los carros y saltaban a tierra en el asalto. Estaban armados con subfusiles ppsh y nada más. La ratio de vida era de unas pocas semanas. 

 
Katyusha
Carro de combate Stalin

El T-34 iba armado, primero con un cañón largo de 76 mm y otro, más tarde, de 85 mm, capaces de batir cualquier carro alemán medio y para los pesados tuvieron, al fin a un sucesor del KV, el famoso José Stalin 1- 2 o 3, con un cañón largo de 122 mm. Hay que decir que los rusos nunca tuvieron verdadera artillería autopropulsada, porque la doctrina era que el enemigo debía soportar una barrera grandiosa de artillería convencional y coheteril para, más tarde dejar a los cañones autopropulsados la tareas de eliminar algunos focos aislados. Un factor desastroso era que la mayor parte de los carros, salvo los del comandante carecían de radio al comienzo de la guerra y sus movimientos y maniobras eran predecibles y lentos de cambiar.
En cierta forma, los soviéticos de hasta principios de los 90, eran herederos de estos carros. 






miércoles, 3 de febrero de 2010

Concepción británica del carro de combate y su doctrina de empleo tras la Gran Guerra

Por Carlos Pintor
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En la ruptura del frente alemán en 1918, en Cambrai, mucho tuvo que ver una masa de 420 carros británicos que, agrupados, hundieron las defensas alemanas. Tal éxito fue pronto olvidado por el armisticio. Nadie quiso volver a repetir la carnicería de la Gran Guerra, y menos en una Gran Bretaña, que volvía a las costumbres imperiales.
Los principales carros británicos eran male y female, es decir aquellos Mark con cañón principal y sin cañón principal, lentes y bastante vulnerables al fuego enemigo, pero que, no obstante sirvieron para abrir un hueco en las trincheras. Estos modelos sirvieron durante unos cuantos años más, hasta que se produjo una división en el concepto de empleo del carro de combate. Por una parte, se diseñaron carros pesados, relativamente bien blindados, pero lentos, justamente para apoyo de la infantería, y, otros, por el contrario, veloces, ligeros y muy mal protegidos, para operaciones de reconocimiento, propias de la extinta caballería. Esto venía muy bien a la hora de combatir Contra nativos en su Imperio, pero frenó cualquier estudio posterior oficial. Buena parte de los carros pesados se adjudicaron al Royal Tank Regiment (RTR) y los demás, a los distintos regimientos de Caballería, formando todos el nuevos Royal Armoured Corps (RAC).

Trincheras en Cambrai

 
Ratas del desierto

En esto que unos visionarios como el capitán Sir Basil Liddell Hart, el general Fuller y el general Hobart comienzan a vislumbrar los futuros conflictos desde una perspectiva acorazada. Los dos primeros fueron tomados por visionarios locos, salvo por alemanes y soviéticos. Hobart, llegado a general de división, demostró, pocos años antes del inicio de la 2ª Guerra Mundial, en las planicies cercanas a Salisbury, durante unas maniobras, que un conglomerado tipo división acorazada experimental, podía vapulear, romper frente y derrotar a unidades mucho mayores, más convencionales, todo ello con un apoyo táctico de la aviación. Aquello fue como un anatema para los generales tradicionales británicos, que no aceptaron de buen grado este hecho. Unos pocos años más tarde, cuando se creó la 1ª División acorazada, el mandó se le concedió a un artillero, a un jinete, pero nunca a Hobart, quién languideció en un puesto de muy escasa movilidad, como era el de una división de artillería antiáerea. Luego vegetó como Cabo de la Home Guard hasta que Churchill lo rescató. Aún entonces, se le concedió el mando de una división acorazada, eso sí, pero auxiliar de asalto, como lo era la 79, dotada de todo tipo de carros especiales.

Richard O´Connor y Liddel Hart


Churchill y Montgomery

En esto, llega la Guerra y en el único lugar en el que, con divisiones acorazadas o no, se aplican las doctrinas de estos tres, es en el desierto de Egipto y Libia, contra los italianos. Hasta aquí todo perfecto porque los italianos, a pesar de todo, no estaban capacitados para una guerra de movimiento. Uno de los mejores generales de blindados británico por aquel tiempo, era Richard O'Connor, quién, más tarde, tuvo problemas en Europa con la prima donna que era Monty. La cosa duró hasta la aparición del Afrika Korps alemán contra el que los británicos, muy debilitados, tuvieron la mala pata de enfrentar a generales sin espíritu blindado , justo hasta casi el final de la guerra.

 
Comet
 
Churchill


El problema británico era que, dejando aparte un puñado de militares profesionales, los demás eran paisanos de uniforme o viejos coloniales, algo inadecuado para la moderna guerra. Comenzaban como los alemanes en 1939, con una brigada blindada y otra motorizada, pero, al contrario que éstos, que relacionaban ambas formaciones, los británicos las manejaban por separado. Más aún, tenían el espíritu de la Caballería y sus gloriosas, aunque absurdas cargas. Ello se vio en los inútiles intentos por contraatacar en 1942 en El Gazzala y justamente antes del segundo El Alamein. Una brigada cargó contra los alemanes con 96 carros, sólo regresaron 11. Así las cosas, ello no cambió hasta 1944 y copiando a sus primos norteamericanos, en los que había agrupaciones regimentales británicas de un batallón acorazado- uno motorizado. En cuanto al diseño, también se habían quedado en el pasado, con la diferencia de tipos de carros citada más arriba. El drama de los carros ligeros era que el escaso cañón  de 2 libras pedía el combate a corta distancia, mientras que su escasa coraza lo exigía a gran distancia. Sólo a mediados de la guerra, comenzaron a disponer de carros bien equilibrados, aún con el cañón de 6 libras y luego con el 75 mm del Sherman norteamericano en el Cromwell. Más tarde, pudieron disponer de carros, como el Comet, con uno de 17 libras y el Sherman Firefly, al que le quitaron una ametralladora y le colocaron ese cañón, único que podía, malamente, compararse con los alemanes. Justo cuando la guerra estaba a punto de acabar lograron crear el Centurion, poderosamente blindado y con un cañón de 20 libras. Los británicos siguieron hasta el final, junto con divisiones acorazadas completas, con otras brigadas blindadas de carros pesados para apoyo de las divisiones de infantería. La experiencia demostró que ese empleo de las brigadas no era el más idóneo.

 
Sherman Firefly

Cromwell


Las armas de apoyo iban, en el caso de la infantería, en orugas Bren Carrier y la infantería, al comienzo en camionetas, para pasar, más tarde a semiorugas norteamericanos. La artillería, remolcada, al comienzo, luego fue autopropulsada, sobre chasis de Churchill y, definitivamente, sobre chasis de Sherman. Esto era, un cañón de 25 libras sobre ellos. Hay que mencionar, que, más tarde, una vez acabada la contienda, y mejorado el British Army of the Rhin (BAOR), los británicos se convirtieron en verdaderos maestros en el manejo de formaciones acorazadas, sin tanto empleo de helicópteros, como sus primos norteamericanos.   

 
Royal Armored Corps